El día D(Capítulo 3)

Limones y romero, el olor era indiscutible, una chica con una blusa rosa de rayas horizontales y un lunar en la oreja pasa a mi lado, su cabello amarrado en una cebolla me da la espalda brevemente.

- Hola, mi nombre es Julieta Mitchell, tengo 21 años, mi familia y yo nos acabamos de mudar, estuve estudiando poco tiempo en la escuela regional, pero me aceptaron aquí así que, aquí estoy.

- Bueno, esa es una presentación bastante simple pero adelante, respetamos eso, ¿quieres añadir algo más?
- Si, aunque es probable que no llegue a aprender el nombre de todos, mucho gusto, no se acostumbren a mi, ya que es posible que dentro de un mes ya no esté aquí.

Ella me veía directamente, y por un momento creí que penetraría en mi mente para acabar conmigo. Ella tomó asiento detrás de mi. Yo estaba fuera mi, no pude concentrarme en la clase, y era obvia la razón. Lo que no podía entender era el impacto que había causado sobre mi.

Ella se veía tan fría pero gentil, tan bella y frágil, y a su vez, tan fuerte. Podía sentir como su mirada se dirigía hacia mi nuca, estaba bastante nervioso. Era molesto, parecía como si ella lo hiciera a propósito.

El profesor dejó una actividad en la pizarra y salió del salón. Así que podemos imaginar quien recibió toda la atención.

- Oye amiga, puedo ayudarte si lo necesitas, dijo uno.
- O tú puedes ayudarnos, dijo otro.
- Veo que son bastante amables. ¿O no?, dijo ella.

Todos comenzaron a intentar socializar con ella. Parecía algo así como el juguete nuevo. Era obvio que ella sería muy popular, ya que las mujeres en ingeniería eran bastante escasas.
Intentar socializar con ella no estaría mal. Estaba decidido a voltear para intentar ayudarla cuando ella comentó algo que creo nos sorprendió a todos.

- Agradezco mucho el interés por ayudarme, pero agradecería más si no se centrarán tanto en mi, así al final será más fácil olvidarlos a todos.

Todos parecían sorprendidos, pero supongo que tenía razón. Un momento después el profesor había regresado.

- Y bien, ¿Cómo te están tratando?, espero que no se lancen sobre ti, así que dejen un poco de espacio para que respire.

- Todos parecen agradables, perdón, corrijo, la mayoría parece agradable.

La clase terminó sin percances, y todos parecían querer invitarla a salir. De hecho algunos ya lo habían hecho.

- Oye, te gustaría venir a comer con nosotros.

Era la hora del desayuno, lo cual se traducía que parece la cafetería y los puestos de comida estarían abarrotados de gente.

Al salir del salón de clases, ella llevaba alrededor de 10 personas detrás de ella. Y ese número crecería más conforme los rumores corrieran por toda la escuela.

La había visto, era realmente hermosa, bastante sencilla, parecía una chica bastante... Libre, por decirlo de alguna manera.

- ¿Ya viste a la nueva?, está de 10
- Si, deberías hablarle, ella definitivamente sería tu tipo.

Raúl y Manuel habían aparecido ya, eran mis dos mejores amigos.

- No sé, ella parece querer alejar a todos.
Todos volteamos a ver a su mesa, estaba alrededor de 10 personas, intentando ser amable con ellos. A la vez parecía como si en verdad quisiera estar rodeada de todos ellos.

- Yo digo que le hables.
- Si, deberías al menos pensarlo
- Quizá, pero tampoco quiero parecer desesperado, así que creo que por el momento guardaré mi distancia.

Y en verdad creía en eso. Además, ¿qué garantía existía en que podría hablar con ella?

Las siguientes clases transcurrieron de manera similar, ella sentada detrás de mi, y yo intentando olvidar sentir la sensación que venía desde mi nuca.

Era ya la penúltima clase, y parecía que a pesar de todo ella se llevaba bien con todos, así que, como buen compañero me decidí a girar y hablarle, al menos saludarla o darle la bienvenida.  Pero alguien más apareció de repente.
Era Andrés, uno de los populares de la escuela.

- Hola, ¿Cómo va tu primer día?
- A decir verdad a salido mejor de lo que creí, gracias.
- Me da gusto, oye, tendremos una fiesta esta noche, deberías venir, así podrás conocer a los chicos.
- Gracias, pero estoy ocupada esta noche.
- Ya veo, entonces, ¿puedo invitarte a cenar mañana?

Wow, que rápido es este chico.

- Ah, no lo sé, lo pensaré.
- Claro, y espero te diviertas hoy.
- Gracias.

Cuando él se va, puedo sentí como me ve descaradamente. Supongo que me lo merezco después de todo, ya que no he disimulado nada sobre oír la conversación. Pero, la sensación se queda conmigo a pesar de qué el se fue.

Al final, el día ha terminado y todos van camino a casa, así que reunirme con mis amigos para irnos juntos será lo mejor.

"Gracias por hoy"

Una nota con ese texto está sobre mi mesa, pero al voltear para mi desgracia, la chica del lunar en la oreja ya se ha ido.

"Gracias por hoy", la nota no tiene sentido, al menos si pienso que viene de ella. ¿Quién la ha escrito entonces?

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